<<Div.5 Ataque y Defensa>>


Capítulo 34.
Golpear al oponente con todo lo mío

 

Como que el ataque de Taekwondo se inicia solamente moviendo la propia mente, el hombre Taekwondo, que sigue el camino del Cielo con todo mantenido en su sitio correcto, tiene que pegar al oponente con todo lo suyo en su ataque. Por eso, él mueve y organiza todas las partes de su cuerpo incluso con un ligero movimiento.

Aunque la punta de un látigo se mueve suavemente y ligeramente puede dar un dolor crítico en el hueso del hombre y en la tersa piel del hombre no solamente porque se mueve sino porque el todo del largo látigo oscila de una vez, produciendo el suave movimiento de su punta. A pesar del mismo poder de golpear, el sonido de un tambor más grande es más magnífico y va más lejos que el de uno más pequeño porque el espacio ancho y vacío en él amplifica su vibración a un poderoso sonido. Sin consideraciones muy deliberadas que se completan en unas palabras, ningún consejo puede mover a alguien, y esto es por qué una palabra de un Santo es diferente de la de un hombre común. Siguiendo estos principios el ataque de Taekwondo tiene que pegar al enemigo con todo el cuerpo, y no solamente con manos o pies. Y ello tiene que realizarse con la intención del ataque y la de su tendencia, y no solamente con la potencia de los músculos y los huesos.

Según esto, el hombre Taekwondo, que ataca de un modo correcto, golpea al oponente como una parte de la tierra si él está en el nivel de la tierra, y golpea al oponente como una parte del cielo si él está en contacto con el espacio vacío. Cuando el hombre Taekwondo golpea a su oponente como una parte de la tierra su potencia se acumula a la potencia que se genera con el choque de la tierra contra su oponente, y cuando él golpea a su oponente como una parte del cielo su potencia se acumula a la que se genera de todos los cambios del universo concentrados en un punto. Por eso, es posible que ganes a tu oponente aunque seas un hombre bajo y tu oponente sea un tipo gigante.

Y cuando atacas al oponente tienes que empujar al oponente con tu espíritu asesino en un principio, después cogerle con tu mirada, y controlarle con tu movimiento. El mundo es la mente. No importa cómo de cambiante es el oponente, él no puede cambiar tanto como la mente, y no importa lo rápido que sea, él no puede escapar del alcance de tu vista. Así, no hay nadie del que tu no puedes ganar la supremacía cuando tu intención, vista y movimiento se reconcilian el uno con el otro. Este es el por qué tu puedes ganar la supremacía sobre cualquiera con Taekwondo sin importar lo rápido que él pueda ser.

En el ataque de Taekwondo de golpear al oponente cuando se está en contacto con la tierra, el asaltante sólo recoge la potencia de la tierra en el golpe, se sitúa firmemente en el suelo y se borra a si mismo para que se mueva con el mismo peso de la tierra entera para dar un golpe. La tierra está viva. Por eso, cada ínfima parte ayuda a la otra en delicadas maneras de vitalidad armonizada en aquel movimiento.

En el ataque de Taekwondo de golpear al oponente en contacto con el espacio vacío el asaltante existe sólo para concentrar el cambio entero del universo en un punto y como hombre que lo controla, completa su balance como la esencia del cambio cósmico y se dibuja a si mismo para que manifieste su voluntad en cada cambio y golpee al oponente con todos ellos. El universo está vivo con libertad. Por esto, cada parte del cuerpo entero es para ser abierta sin restricciones y para dejar libre en cualquier momento.

Aquí no soy diferente de lo que no soy. Por un lado este movimiento es de manera suave sin ángulo como un círculo en el cuál ésta y otra parte constituyen un todo, por otro lado es tan rápido y súbito que no se puede ver y es momentáneo ya que es como un punto que está vacío donde su ser es el mismo como su no ser.

Por todo esto el hombre Taekwondo tiene que ser capaz de poner todos sus nervios a flor de piel en un instante con la mente de Mu-Nyom-Mu-Sang (libertad de todas las ideas y pensamientos), quedando siempre totalmente relajado. Solamente en este momento el oponente está en conflicto con el mundo y te armonizas con el todo de ambos, porque estás armonizado en la relación conflictiva sin conflicto.

Este hombre Taekwondo tiene un cuerpo fuerte, sus músculos son más duros que los de una vaca, y una vez él ha hecho una pose tiene que estar tan firme como si estuviera hecho de piedra y su súbito movimiento tiene que ser más rápido que una catarata. No la fragilidad de una madera podrida sino solamente la dureza de una piedra puede intervenir en el eficaz conflicto entre la tierra y el oponente, y no el débil y delgado hilo sino solamente la dura correa cuero puede ser usada en el balanceo de una pesada vagoneta de hierro.

Todo esto explica que es pegar a un oponente con todo lo de un hombre cuando él golpea al oponente en Taekwondo, y tienes que saber que un leve pequeño movimiento necesita incluir cada movimiento de todo el cuerpo y también que tu movimiento es mejor con su abundante potencia porque mueves todo tu cuerpo cuando pegas, pero es leve y rápido porque todo el movimiento es distribuido y compartido por cada parte del cuerpo. Además, como que cada parte se mueve junta a la vez en una reconciliación es natural e invisible. Así, el oponente no puede defenderse.